De príncipe a mendigo II.

Hace unos años atrás para ser más precisa 5 años me encontré en la calle, en pleno centro de la ciudad, a una persona distinta, culto, bien hablado, cálido con una infinita tristeza en la mirada, el había llegado a nuestro país desde Brasil, venía haciendo una gira olímpica,-¿Cómo?-si como lo lee una gira olímpica pero era o es ciudadano cubano, llegaba de ganar los juegos panamericanos de hándbol, y decidió desertar y quedarse en nuestro país Argentina, y ahí comienza su largo peregrinar de indigente en mi país, nadie le dio una mano, acepto el ciudadano común que en nuestro país es muy solidario, nos caracterizamos los argentinos por ser solidarios y así vivió 13 largos años de la mendicidad y la caridad, trate de no perder contacto con él y lo seguí y lo trate de ayudar en todo lo que pude me llamaba la atención que la misma colectividad cubana no hacía nada por sacarlo de la calle y abrirles las puertas a un hermano de ellos sabiendo que no podía volver a su país por que le habían retenido los documentos personales y si no tienes documentos no sos, nadie ni aquí ni en ningún lado, y por otro lado ver que las autoridades de turno tampoco se preocupaban él era uno más del montón que deambula tarde a tarde por las calles de buenos aires.

Se lo veía alto delgado con todo el porte del deportista, habitando las plazas de la ciudad, el no robo, no se droga, no se tapa la cara ni anda con palos en las manos para meter miedo, tampoco vino a usurpar cosa que resulta muy fácil en mi país, donde se ha perdido un poco el respeto por la propiedad privada, y donde cualquiera de los países limítrofes tiene más derecho sobre tu propiedad que vos mismo que sos el autentico propietario, pero Argentina país generoso no podes decir nada porque discriminas o sos racista, el solo quiso saber que se sentía siendo libre, y se la jugó y le costó 13 años en la calle en total indigencia, rescatando comida de la basura, sin volver a tener ropa limpia, una cama donde dormir o descansar sus cansados huesos,…sin tener un baño….al pasar de los años aquel jovencito con sueños de triunfos tan importantes se transformo en una sombra, su imagen languidece en las distintas ranchadas de algunas plazas, ahí está solo con el mismo, recordando vaya a saber que, siempre amable, con su infinita tristeza, esperando…esperando…..esperando la mano salvadora, ¿Cómo podemos ayudarlo?-tal vez conociendo su historia, saber que esta gente tiene una historia, que son personas con nombre y apellido, que no son simplemente una estadística más de la pobreza en mi país, que no hay que esconderlos bajo la alfombra.