Me puse a pensar en la importancia de nuestros pies y manos y en mi alma se
despertaron estos recuerdos que quiero compartirlos con quien quiera leerlos,
así nacemos con los ojos cerrados tal vez porque no queremos ver el mundo en
que no va a tocar vivir, con la piel arrugada como presagiando la vejez, con
nuestras manos apretados por la impotencia, llorando desconsoladamente por que
nos arrancaron del vientre de nuestra madre cálido nido de paz y amor y
nuestros pies gorditos y chiquitos que movemos como si quisiéramos salir
disparando. En este libro de la vida nos toca a todos escribir nuestra
historia, hoja por hoja, día por día, y así como descubrí un día que tenia
manos, pero no sabía utilizarlas y descubrí que tenia pies, y me di cuenta que
podía caminar en cuatro patas” el famoso gateo” hasta que unas manos me
ayudaron a pararme en la vida, me enseñaron a caminar, y descubrí el sentido de
mis manos, y aprendí a usarlas con ellas cocine, amase, pinte acaricie y ame, con
ellas te tome entre mis brazos y te acune, con ellas calme tu llanto, con ellas
cambie tus pañales, con ellas te di de comer, te tome de la mano y te enseñe a
caminar, te paraste sobre tus piecitos temblorosos y antes de caminar ya
querías correr, y vos también hijo mío descubriste tus pies y tus manos, y
juntos transitamos por la vida y escribimos una página más en el libro de la
vida, hoy te veo ser un hombre y formar tu familia dar vida hoy tenes vos un
hijo quien iba a decirlo si parece que fue ayer cuando te acuna en mi
brazos….hoy le enseñas vos a ese ser pequeñito a pararse en sus pies, me
emociona hasta las lagrimas verte feliz, y verlo feliz, el corre hacia nosotros
y nos llena de abrazos salvavidas en el momento justo de nuestras tristezas, nos
cubre de besos en su inocencia infinita y nuestro día se ilumina, el es la
campanita de la casa, es la luz que el Señor nos dio en la vejez, sus patitas descalzas
retumban en nuestra casa, y que sola y fría se siente cuando el no está.
Y estas vos mi gran amor aquel con quien forme esta familia, hace tanto
tiempo que estamos juntos, cuantos sueños compartimos, cuantas ilusiones ¿no? que
jóvenes que éramos queríamos atrapar el mundo y en un beso de amor compartirlo
en nuestras bocas y fuimos creciendo juntos armamos nuestra casa pequeñita pero
¡que linda que era ¡ cálida acogedora
nuestra y nos amamos y nuestras manos se deslizaban por nuestros cuerpos
conociéndonos, y juntos caminos por esta vida, y escribimos unas cuantas páginas
más en el libro de la vida, desdichas, penas, tristezas, alegrías, amor, navidades,
cumpleaños, aniversarios y siempre juntos, tan juntos que ni la misma muerte no
podrá separarnos. Y ahí estaban tus manos fuertes trabajando incansablemente
para llevar el pan a casa, tus manos tan amadas por mí, ahí están tus manos
sosteniéndome siempre y acompasando tus pasos mis pies, ahora ya están cansados
de andar y andar, tus manos y manos se juntas y se perfilan las arrugas, hemos
envejecido juntos contra todo pronóstico desalentador y Dios sabe que si
volviera a nacer me volvería casar con vos, porque sos ese gran AMOR que toda
mujer desea, hoy en la vejez seguimos andando con nuestros pies cansados y
tomados de la mano algún día cuando el
Señor lo diga estaremos en alguna estrella juntos iluminando a nuestro hijo en
la última página de este libro que hoy escribimos
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