"CRONICA DE MI CIUDAD Y MI GENTE"

CRONICA DE MI CIUDAD Y MI GENTE

sábado, 18 de julio de 2009

AMIA, DOLOR E IMPUNIDAD.

Han pasado 15 años desde que la Argentina se llenó de horror, quince años de impunidad, de lagrimas, de soledad, de caricias perdidas en el tiempo, de chicos que van a ser siempre chicos en nuestras vidas, de un chau que fue un hasta siempre, de amores interrumpidos por la mano más cruel, la del terrorismo ¿Cómo se puede vivir después de tanto horror? ¿Después de tanta destrucción? – y sigue el silencio, no hay respuestas, no hay presos, no hay culpables, no hay, no hay…
Tengo el alma llena de dolor, un dolor indescriptible, un dolor que empaña la visión, yo también estuve ahí, yo era estudiante y trabajaba en el Hospital de Clínicas, bajaba del colectivo en Viamonte y Junín a las 8.00 hs porque entraba 8.30 hs, llevaba conmigo a mi hijito de 5 años que lo dejaba en el jardín de paso, pero fue Dios, o Jehová, o como quieras llamarlo que cuidó de mi y de mi hijo, entonces yo los vi llegar, ayudé y vi tanto dolor innecesario sembrado por estos mal paridos terroristas ¿de que entraña salieron? ¿Qué leche mamaron para despedir tanto veneno?
Pero la mente sigue elaborando razones, cuestionando los sentidos hasta el ultimo sufrimiento, el recuerdo de la inmensa cobardía ejercida desde las sombras, amparados por los distintos gobernantes, ahora se hace un silencio profundo cargado de recuerdos, poco a poco bajan el telón los duendes del dolor, las sombras cubren la mente, cubriendo con su manto aquel atentado, deposito tu foto en un sitio de mi alma hermano mío y lloro en silencio mientras se esfuma tu rostro con la muerte.
Pero no te olvides el país entero reclama la justicia eterna, el mundo entero se estremeció en sus entrañas y quebró los cielos, breve fue tu destino en la tierra, estremece su pecho de madre, de esposa, de novia, pero tu fulgor de estrella no faltará en un azul profundo, la presencia de tu espíritu está, levanta tu vuelo hermano mío y por chispas encendidas el cielo se cubrirá con los brazos abiertos ascenderás y atraparas el viento.

300 heridos, 85 muertos, 15 años de impunidad, ¿Podrá Dios perdonar?

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