A veces las madres cuando
nuestros hijos son pequeños, siempre estamos preocupadas por si comen, si están
limpios, darles la mejor vida y no nos cansamos de pedirle a Dios que sean
felices, libres, amados hombres de bien, los guiamos en la vida los llevamos de
la mano, los enseñamos a caminar y siempre estamos atrás de ellos nunca
adelante, siempre sosteniéndolos, hasta que logran pararse en la vida pero
nuestra función de madre no termina cuando parimos no recibimos de mama para
toda la vida, pero que ingratos son a veces los hijos cuánto dolor nos causan, que
pronto somos olvidados en algún acilo de ancianos, cuánto dolor causan cuando
se desbocan en insultos hacia nuestra persona, pero cuando todas las puertas se
cierran solo hay una que se abre la de la casa de mama, hoy te hablo a vos hijo
mío---Yo puedo siempre optar entre descubrir el origen del problema, o aumentar
de manera que termine sin saber donde se origino, cuál era su verdadera
dimensión, como puede afectar mi existencia o como es capaz de apartarme de las
personas a las que alguna vez ame….inclusive tu.
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