
Tengo el alma llena de dolor, un dolor indescriptible, un dolor que empaña la visión, yo también estuve ahí, yo era estudiante y trabajaba en el Hospital de Clínicas, bajaba del colectivo en Viamonte y Junín a las 8.00 hs porque entraba 8.30 hs, llevaba conmigo a mi hijito de 5 años que lo dejaba en el jardín de paso, pero fue Dios, o Jehová, o como quieras llamarlo que cuidó de mi y de mi hijo, entonces yo los vi llegar, ayudé y vi tanto dolor innecesario sembrado por estos mal paridos terroristas ¿de que entraña salieron? ¿Qué leche mamaron para despedir tanto veneno?

Pero no te olvides el país entero reclama la justicia eterna, el mundo entero se estremeció en sus entrañas y quebró los cielos, breve fue tu destino en la tierra, estremece su pecho de madre, de esposa, de novia, pero tu fulgor de estrella no faltará en un azul profundo, la presencia de tu espíritu está, levanta tu vuelo hermano mío y por chispas encendidas el cielo se cubrirá con los brazos abiertos ascenderás y atraparas el viento.
300 heridos, 85 muertos, 15 años de impunidad, ¿Podrá Dios perdonar?
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