
tumulto, corre el hombre, pero no hay agua...
El Salado apenas tiene un torrente manso de agua donde se agitan las carpas, las lisas, y todo ser viviente porque ya no hay agua y la
asfixia llega al exterminio...

Despacito y lentamente comienza a caer un aguacero –Llora Diosito- dice el paisano-y parece que si-que llora el Señor de impotencia...al ver aquellos que pudiendo hacer algo no lo hicieron, que teniendo los medios lo negaron y después dicen que el hombre de campo provoca estos incendios, créame que no.
poder observar las osamentas de los animales al sol pudriéndose por falta de agua, alimentando a los caranchos y a los buitres, he visto en sus rostros curtidos como la misma tierra caer lagrimas de dolor, de angustia de pena al ver
morir al ganado.
¿Cómo pueden ellos provocar estos incendios?-Hoy hubo 8 focos de incendio-que los provoca Ud.-si Ud. o cualquier transeúnte que viaje por

¿Cómo pueden ellos provocar estos incendios?-Hoy hubo 8 focos de incendio-que los provoca Ud.-si Ud. o cualquier transeúnte que viaje por
nuestras rutas ¿sabe como? Tomo una lata de bebida y la tiro del auto donde viaja, se calienta por las grandes temperaturas y arden los pastizales, va fumando y arroja la colilla del
cigarrillo prendida y ahí esta el desastre, el envase de vidrio que actúa como una lupa que se calienta al sol, estos son simples ejemplos, tantas cosas y personas inrresponsables causan estos desastres,-Pero NO. El hombre de campo- NO.
Cuanta pena he sentido hoy al ver tanta naturaleza destruida --¿Puede imaginarse las lagrimas de los pájaros por sus pichones?-creo que no-
Puede sentir en su piel el dolor de esta gente olvidada de la mano del soberano -creo que no.
¿Puede aspirar el olor de tanto animal pudriéndose al sol?- creo que no –
Entonces deje que el sol caliente su rostro, que el viento golpee su espalda, que la lluvia moje lentamente los campos, y hasta que volvamos a vernos:
¿Puede aspirar el olor de tanto animal pudriéndose al sol?- creo que no –
Entonces deje que el sol caliente su rostro, que el viento golpee su espalda, que la lluvia moje lentamente los campos, y hasta que volvamos a vernos:
Dios los lleve en la palma de su
mano...
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